Género: Fantasía épica
Serie: Primer libro de la serie Malaz: El libro de los caídos.
Publicado en: 1999
Título original: Gardens of the Moon
Sinopsis: Tras interminables guerras, amargas luchas internas y sangrientas confrontaciones, incluso las tropas imperiales necesitan un descanso. Pero la obsesión expansionista de la emperatriz Lassen no tiene límites, y cuenta con el apoyo de sus sanguinarios agentes de la Garra. Tras el último asedio, el sargento Whiskeyjack y su pelotón de Abrasapuentes necesitan tiempo para descansar y enterrar a sus muertos, pero Darujhistan, la última de las Ciudades Libres de Genabackis, los espera. Es el objetivo último de la insaciable emperatriz.
Y parece que el Imperio no es el único que codicia esa plaza: fuerzas siniestras conspiran dentro y fuera de las sendas mágicas, y todo indica que los propios dioses se preparan para la batalla...

Opinión:
Empecé a leer fantasía épica cuando tenía trece años —mi primer libro del género fue «El señor de los anillos»; recuerdo que me costó 1 800 pesetas en El Círculo de Lectores, una fortuna para mi economía— y en estos casi treinta años han pasado por mis manos libros de todo tipo, algunos claramente prescindibles, otros destinados a un público juvenil y poco crítico, los ha habido simplemente correctos, algunos que me han sorprendido gratamente y alguna que otra joya. En todo este tiempo nunca me había topado con una lectura tan exigente como la de «Los jardines de la luna», y esto es extensible a todo lo que he leído de la serie Malaz: El libro de los caídos.

La obra de Steven Erikson se puede definir de muchas formas, salvo como lectura ligera. «Los jardines de la luna» te exige leerla con atención, sin distraerte, sin saltarte párrafos, prestándole toda tu atención, y eso solo para poder enterarte de lo que te están contando.

Aunque el autor te lo anticipe en el prólogo de la novela (al menos en la edición que cayó en mis manos), nada te "prepara" para lo que nos vamos a encontrar.
"Estoy escribiendo una historia y, sea ficticia o no, la Historia no tiene un punto de partida real; incluso el origen y la caída de civilizaciones enteras son más confusos en lo que respecta a su principio y su final de lo que la gente piensa."
Como aficionado a la Historia que soy sé que eso es cierto, pero la dificultad con la que nos encontramos no radica en que nos empiecen a contar una historia en un momento intermedio de la misma, lo que desde tiempos de Homero se conoce como in media res.
"Al escribir Los jardines, pronto descubrí que el tema de los antecedentes iba a ser un problema, no importa hasta donde me remontase. Y me di cuenta de que a menos que se lo diese todo mascado a mis lectores (algo que me negaba a hacer, dado cuánto había criticado a los autores de fantasía épica por tratarnos a los lectores como si fuésemos idiotas), a menos que simplificase, a menos que me limitase a seguir el camino bien trillado que las novelas existentes habían seguido ya, iba a dejar a los lectores bastante confusos"
Confuso, desorientado, perdido... adjetivos todos ellos que describen bastante bien mi estado de ánimo al leer este libro. No se trata únicamente de la falta de antecedentes, el descontrol va mucho más allá. Imaginad que estáis en la calle y oís esta conversación:

- Ayer quedé con los amigos y nos fuimos al cine.
- ¿Cuál visteis? ¿El Hobbit?
- Esa es la que queríamos ver, pero al final vimos la de Tarantino porque había huelga de metro y nos tocó coger el 18 y cuando llegamos El Hobbit ya había empezado.

Probablemente lo único que hayáis tenido que deducir es que el 18 es un autobús y que "la de Tarantino" es «Django desencadenado».

Ahora imaginad que oís la misma conversación pero que sois una persona del siglo XV que acaba de ser transportado en el tiempo. ¿De cuánto os abríais enterado, teniendo en cuenta que ni siquiera sabéis que es eso del cine o del metro?.

Esa es la sensación que te invade cuando Erikson empieza a hablar de jaghuts y T'lan imass, ascendientes, sendas ancestrales, las Grandes Casas y la baraja de los dragones; confusión. Pero se trata, al menos para mi, de una confusión agradable, como la de un rompecabezas enorme que va tomando forma poco a poco y en el que cada pieza que colocas en su lugar correcto genera satisfacción.

Habréis podido observar que hasta el momento no he hablado de la trama del libro más allá de lo que aparece en la contraportada, ni voy a hacerlo ya que no sabría ni por dónde empezar; solo diré que se trata de una trama simple que deja entrever una complejidad asombrosa, de una historia llena de intrigas, con personajes que no son lo que parecen ser.

En cuanto al libro, he de reconocer que se trata de una obra llena de claroscuros, capaz de alternar fragmentos brillantes (la guerra de asesinos por los tejados de Darujistan es soberbia) con capítulos escritos con un estilo que podríamos calificar como anodino.

La cantidad de personajes es enorme y a todos ellos se les dedica un mínimo de atención. Es cierto que tal grado de detalle en todos los personajes parece excesivo, pero es algo que al final se agradece, sobre todo cuando lees los siguientes libros.

Quiero terminar con un fragmento del prólogo que refleja muy bien lo que te vas a encontrar si lees este libro:
"Los lectores o aman u odian mi trabajo. No hay término medio. Por supuesto, preferiría que a todo el mundo le encantase, pero entiendo por qué eso no puede ser. Estos no son libros fáciles. No puedes leerlos por encima, es imposible. Más problemático aun, la primera novela empieza a mitad de lo que parece un maratón; o te lanzas a correr y te mantienes en pie hasta el final, o estás fuera."
Claramente me incluyo en la primera categoría de lectores. He disfrutado leyendo este libro más que un gorrino en un barrizal. Es cierto que en algún momento he estado tentado de dejarlo por encontrarme demasiado perdido y por tratarse de una lectura demasiado exigente para lo que me apetecía cuando empecé a leerlo, pero cada página que leía me absorbía un poco más y después de las cien primeras no he sido capaz de dejarlo hasta terminar de leer «Memorias del hielo», el tercer libro de la serie (esa ha sido la principal razón por la que he tenido algo descuidado el blog últimamente).

Valoración: Absorbente. Cuatro estrellas.

Más libros de la serie:

Género: Historia
Publicado en: 1998
Título original: Stalingrad
Sinopsis: Stalingrado fue la primera y más decisiva derrota de Hitler. El autor, combinando de manera magistral su conocimiento de las realidades de la guerra con las técnicas narrativas de un gran novelista, hace una soberbia reconstrucción de aquella gesta mostrándonos, en toda su crudeza, la experiencia humana de la guerra, combinando cartas y diarios de los soldados y testimonios orales de los civiles atrapados en la ciudad sitiada. En Stalingrado se libró la batalla más decisiva de la Segunda Guerra Mundial. Su historia ha sido contada muchas veces, pero nunca como en este libro de Antony Beevor.

Opinión:
Hace poco me encontré en uno de los blogs que sigo con la reseña de este libro. Además de disfrutar leyéndola, me recordó que «Stalingrado» es uno de mis "asuntos pendientes"; uno de esos libros que quieres reseñar pero que nunca acabas de lanzarte a hacerlo.

En este caso en particular, antes de empezar a hablar del libro me gustaría comentar un poco sobre los antecedentes de la batalla de Stalingrado. Si ya conocéis el tema podéis saltaros esta parte y no hacer click en la parte de LA HISTORIA y pasar directamente a la de EL LIBRO, pero si no es así, os recomiendo que lo hagáis (una observación, haber visto la película «Enemigo a las puertas» no cuenta como conocer los antecedentes).

LA HISTORIA

Carlos Caballero Jurado escribió:
Se puede afirmar que hay cuatro batallas decisivas en la Segunda Guerra Mundial. Y todas tuvieron lugar en el frente del este. La primera fue la de Moscú, en el invierno de 1941-1942. En ella quedó claro que las fuerzas armadas alemanas ya no podrían ganar la guerra en los términos por ellas planteados al prinipio del conflicto: una sucesión de cortas y victoriosas campañas relámpago.
La segunda fue la de Stalingrado, en el invierno de 1942-1943, que vino a decirle al mundo que Alemania no podría ganar la guerra aunque sí podría lograr un desenlace en tablas.
La tercera fue la batalla de Kursk, el titánico combate de carros del verano de 1943, cuyo resultado hizo que quedara ya fuera de duda que Alemania iba a perder la guerra. Solo faltaba por saber la envergadura de esa derrota y cuánto duraría la agonía.
El veredicto lo dio, en el verano de 1944, el resultado de la operación Bagration: Alemania no podría aguantar más de un año y su derrota sería absoluta.

Puede que no todo el mundo esté de acuerdo con esta afirmación (para mi refleja una verdad como un templo), ya que significa que tanto el frente del Pacífico como el frente occidental, incluido el norte de África, fueron meros teatros secundarios y que la guerra, aunque Hollywood se empeñe en lo contrario, se decidió en el frente ruso.

Otro punto de discusión es cuál de las cuatro batallas anteriores fue el verdadero punto de inflexión de la Segunda Guerra Mundial. No obstante hay algo que muy pocos discuten, la batalla de Stalingrado ha sido la más sanguinaria y cruel, no solo de la Segunda Guerra Mundial si no de toda la historia de la humanidad.

Operación Barbarroja
El 22 de junio de 1941 Alemania invadió la URSS empleando para ello tres grupos de ejercitos, el grupo de ejércitos Norte, al mando de von Leeb y cuyo principal objetivo era Leningrado; el grupo de ejércitos Centro comandado por von Bock y orientado a la toma de Smolensk y posteriormente de Moscú; y el grupo de ejércitos Sur, al mando de von Rundsted y con el objetivo de la toma de Kiev.
El avance de los ejércitos de Hitler fue imparable; en septiembre habían cercado Leningrado (actual San Petersburgo), en octubre tenían Moscú al alcance de la mano y en diciembre habían conquistado las actuales Lituania, Letonia, Estonia, Bielorrusia y la práctica totalidad de Ucrania. Pero todo eso cambió cuando fueron frenados a las puertas de Moscú. Este hecho significó que se detuviese por completo el avance en el frente norte, lo que obligó a Hitler a replantearse la estrategia.

Al iniciarse 1942, los grupos de ejércitos Norte y Centro se encontraban estancados frente a Leningrado y Moscú respectivamente. Además, en esas fechas ocurrió algo que influiría significativamente en los acontecimientos posteriores; el 1 de diciembre von Rundsted, hasta entonces al mando del grupo de ejércitos Sur, se enfrenta a Hitler al proponer que se detenga el avance durante el invierno y se fortifiquen las posiciones; ante la negativa a seguir avanzando es destituido del mando y sustituido por von Reichenau, quien se encontraba al mando del VI ejército. El mando del hasta entonces invencible VI ejército pasó manos de su jefe de estado mayor, Fiedrich Paulus, un general sin ninguna experiencia previa de mando en batalla.

A medida que transcurría el año 1942 se hacía más evidente la imposibilidad alemana de tomar la capital soviética, lo que obligó al alto mando alemán a buscar nuevos objetivos. Asó fue como el 9 de julio de 1942 se puso en marcha la Operación Azul, cuyo objetivo eran los campos petrolíferos del Cáucaso. Para ello detuvo el avance del Grupo de ejércitos Sur a través de Ucrania y fue dividido en los grupos A (List) y B (von Bock).

El plan inicial consistía en que el Grupo A se dirigiese al Cáucaso y que el Grupo B le cubriese el flanco izquierdo. Pero el 13 de julio Hitler cambió los planes y ordenó que el Grupo B, formado por el VI ejército (Paulus) y el IV ejército Panzer (Hoth), abandonase la idea inicial y se dirigiese a Stalingrado, controlando así el río Volga que era una de las principales vías de aprovisionamiento de Moscú.

El 16 de julio Hitler ordenó que el IV ejército Panzer abandonase el Grupo B y reforzase al Grupo A en su avance hacia el Cáucaso, dejando en manos del IV ejército la toma de Stalingrado.

El 30 de julio se vuelven a cambiar los planes y se ordena al IV ejército Pánzer que retome su objetivo inicial y apoye al IV ejército en la toma de Stalingrado.


Estos cambios de planes, con el retraso que significaron, supusieron que se perdiese por completo el factor sorpresa y que el Ejército Rojo tuviese tiempo de preparar la defensa de Stalingrado.
Además se produjo un hecho de vital trascendencia; debido a la disposición sobre el terreno hubo un momento en el que el IV ejército Panzer y el VI ejército se cruzaron (círculo rojo en el mapa). Todo cruce de ejércitos es problemático y este no iba a ser una excepción ya que en la confusión creada (hay que tener presente que un ejército en movimiento no es una fila de 200 000 soldados uno detrás de otro) gran parte de los suministros del VI ejército se fueron con el IV.

El 23 de agosto de 1942 el VI ejército llegó a Stalingrado, dando comienzo la batalla más cruel de la historia de la humanidad.

EL LIBRO


La batalla de Stalingrado fue diferente a todo; ni antes ni después ha existido nada igual. Referirse a ella como una carnicería es quedarse muy lejos. Una carnicería fue la batalla del Somme, en la Primera Guerra Mundial, donde hubo alrededor de un millón de bajas (de las cuales "solo" 300 000 fueron muertos y desaparecidos) a lo largo de los 140 días que duró.

Durante los 164 días de la batalla de Stalingrado hubo más de dos millones de muertos (el doble que en toda la Guerra Civil Española); del poco más de un millón de habitantes que tenía la ciudad —a los que Stalin les prohibió abandonarla bajo pena de muerte— únicamente sobrevivieron unos 10 000.

En Stalingrado se conoció un nuevo tipo de guerra a la que los alemanes llamaron Rattenkriegg (guerra de ratas) y los soviéticos Academia de lucha callejera. En Stalingrado no se luchaba por el control de los barrios de la ciudad, ni siquiera por dominar manzanas; se luchaba por cada montón de escombros de cada habitación de cada planta de cada casa de la ciudad.
11 de septiembre: nuestro batallón combate en las afueras de Stalingrado. El fuego no cesa. Mires donde mires hay fuego y llamas. El cañón y las ametralladoras rusas disparan desde la ciudad en llamas: ¡qué fanáticos!
16 de septiembre: nuestro batallón y los tanques atacan el elevador de grano. El batallón sufre muchas bajas. El elevador está ocupado, no por hombres, sino por diablos que ni las balas ni las llamas pueden destruir.
18 de septiembre: prosigue el combate dentro del elevador. Si todos los edificios de Stalingrado son defendidos así, ninguno de nuestros soldados regresará a Alemania.
22 de septiembre: hemos vencido la resistencia rusa en el elevador. Nuestras tropas avanzan hacia el Volga. En el elevador sólo encontramos unos 40 rusos muertos.
26 de octubre: quién hubiera creído, hace 3 meses, que en lugar de la alegría de la victoria tendríamos que soportar semejantes sacrificios y torturas, cuyo final no está a la vista. Los soldados dicen que Stalingrado es la fosa común del ejército alemán.
Diario de un soldado alemán muerto en Stalingrado


Mirad por favor estas fotos:

La Wehrmacht camino de Stalingrado en el verano de 1942

Grupo de asalto alemán en Stalingrado

Soldados alemanes preparándose para lanzarse al ataque
 
Primer plano del grupo anterior
Además de lo evidente —son alemanes y están en Stalingrado— todos tienen algo en común: ninguno de ellos volvió vivo a Alemania (únicamente dos de cada mil lo consiguieron)

Antony Beevor nos cuenta sus historias, nos sumerge de lleno en la vorágine de la batalla. Por la mañana atacamos la acería Octubre Rojo con los alemanes y por la tarde contraatacamos con los soviéticos. Estamos junto al sargento Pavlov durante la defensa de "su" casa y sufrimos con la Wehrmatch en la "casa de los especialistas". Morimos en la fábrica de tractores Dzerzhinsky y en el elevador de grano. Estamos junto a Paulus en su cuartel general de los almacenes Univermag cuando Hitler prohibe retirarse y junto al general Yeriómenko cuando en las primeras fases de la batalla, refugiado en su bunquer del barranco del Tsaritsa, ve como el control de la ciudad se le escapa de las manos.

Somos uno de los reclutas del Ejército Rojo, lanzados contra las trincheras alemanas sin la más mínima opción de sobrevivir ya que si retrocedemos seremos uno más de los 13000 soldados ejecutados por la NKVD por cobardía ante el enemigo, y somos un zapador alemán que se arrastra por las alcantarillas de la ciudad sabiendo que al menor ruido que hagamos nos caerá encima una lluvia de granadas soviéticas.

También nos ponemos en la piel del millón de civiles atrapados en la ciudad por capricho de Stalin, o en el lugar de los soldados rumanos e italianos que serían borrados del mapa durante el contraataque del Ejercito Rojo y que acabaría en el cerco del VI ejército.

La grandeza de este libro es que, pese a contarnos y hacernos vivir todo eso, Stalingrado no es un libro de vivencias, es un ensayo histórico, y gran parte de ello se lo debemos a Mijaíl Gorbachov ya que gracias a la Glásnost los historiadores, Beevor entre ellos, tuvieron acceso a innumerables documentos de la época de la Segunda Guerra Mundial que hasta entonces se encontraban clasificados como alto secreto.

Basándose en ellos, Beevor nos muestra la situación global, explicándonos que hizo que Paulus y el VI ejército acabasen cercados y aniquilados en Stalingrado, y tratando de responder a cuestiones como el número de bajas o si Paulus hubiese tenido posibilidades de romper el cerco, desobedeciendo a Hitler, y salvar a su ejército.

Podría pasarme horas hablando sobre este libro y sobre la batalla de Stalingrado, ya que se trata de uno de mis libros preferidos, pero creo que lo mejor será dejarlo aquí e invitaros encarecidamente a que lo leáis.

Valoración: Si te gusta la historia es un libro imprescindible. Cinco estrellas.
Autor: Ximo Cerdà
Género: Intriga
Publicado en: 2012 (escrita en 1998)
Sinopsis: Sirviéndose de distintas excusas, ocho personas (un prometedor informático y su esposa, una famosa cantante pop y su novio, un matrimonio de ancianos, un escritor de escaso éxito y un político en alza) son convocadas a pasar un fin de semana en Mayne Manor, una majestuosa mansión victoriana en el condado de Surrey. Lo que iba a ser un tiempo de esparcimiento y recreo, pronto se convertirá en una auténtica locura, una aterradora experiencia que los dejará marcados para el resto de sus vidas.

Opinión:
En mi familia nunca nos hemos llevado muy bien con Papa Noel, eso significa que las mañanas del día de Navidad no las suelo pasar abriendo regalos si no reponiéndome de los excesos de la noche anterior y preparándome para los nuevos excesos que vendrán cuando llegue la hora de la comida. Habitualmente me repongo en la terraza de un bar, tomando un café con un par de cigarros mientras leo algún libro; este año no ha sido una exepción.
Mientras esperaba a que me sirviesen el café, rebuscaba en mi e-book algo que me incitara a ser leído. Fue entonces cuando me llamó la atención la portada de «Mayne Manor»; ese relámpago, unido a que se trataba de una novela corta (me llevó algo menos de dos horas leerla) hicieron que me decantara por Ximo Cerdà, autor que he de reconocer que hasta ese momento desconocía que existiese.

Aunque al principio pueda parecer que se trata de una imitación de la célebre «Diez negritos», «Mayne Manor» solo comparte con ella el hecho de reunir a unos desconocidos en una casa mediante engaños; quitando eso, la historia que nos cuenta Ximo Cerdà no tiene nada que ver con la novela de Agatha Christie.

«Mayne Manor» es una obra entretenida, con un argumento original y un comienzo que incita a seguir leyendo, pero que flojea conforme se va acercando al final. Como dice el propio autor, esta obra nos permite conocer «los torpes comienzos de un escritorzuelo aficionado e inexperto».

Es cierto que se trata de una obra mejorable, que nunca ha llegado a ser aceptada por una editorial (como sí ha pasado con posteriores novelas de Ximo Cerdà), que se nota que está escrita por un "aficionado" y que no está entre las mejores novelas que he leído este año.
Pero también es cierto que he leído bastantes obras mucho peores que esta, que ha conseguido hacerme pasar un par de horas entretenidas y que tiene ese toque de frescura de las obras que han sido escritas por placer y no pensando tanto en lo que gustará a las editoriales y a los futuros lectores.

Además tiene dos puntos a su favor:
  • Es una novela libre, es decir, que ha sido puesta por el autor a disposición de los lectores de forma gratuita como protesta por la aprobación de la nefasta ley Sinde-Wert, tal y como podéis leer en el blog de Ximo Cerdà.
  • Leyendo la biografía del autor, he descubierto que es la primera novela que leo que ha sido escrita por un compañero de promoción de mi hermana.
Valoración: Curioso. Dos estrellas.
Género: Narrativa histórica
Publicado en: 2012
Sinopsis: Transcurren los últimos años del oscuro siglo VIII de nuestra era. El joven protagonista de esta novela, Zonio, hijo de Lebato y Muniadona, atraviesa las montañas cántabras con su familia en busca de un fértil valle que pueda alimentarlos a todos. Saben que por su audacia pueden acabar muy mal: asesinados en sus nuevas tierras saqueadas por los musulmanes o esclavos en el gran mercado de Córdoba; pero el hambre aprieta y se niegan a seguir viviendo escondidos.
Así comienza la epopeya de la Reconquista. Y así la ha novelado José Javier Esparza. Zonio y sus pioneros —labradores, monjes y guerreros— verán muchas veces destruida su obra y tendrán que comenzar desde cero. Habrá mucha sangre y mucha muerte durante estos años de oro y hierro y precisarán de una fe a toda prueba y una fuerza titánica para continuar adelante. Esta pudo ser su historia.

Opinión:
Después de algunas semanas en las que circunstancias que no vienen al caso han hecho que me resultase difícil pasarme por el blog, vuelvo con la reseña de uno de los libros que he leído en estos días de retiro, «El caballero del jabalí blanco» de José Javier Esparza.

Antes de entrar en materia me gustaría hacer un extracto del prólogo del libro:

«Sabemos que a finales del sigloVIII hubo un importante tránsito desde los valles cántabros y vizcaínos hacia el sur, hacia los valles de Mena, Losa y Tobalina, entre Burgos y Álava. Sabemos que en los primeros años del siglo siguiente ya había aquí aldeas bien organizadas y pequeñas comunidades monásticas. Sabemos que en una de ellas se escribió por primera vez el nombre de Castilla. Sabemos los nombres de sus fundadores: el matrimonio formado por Lebato y Muniadona, colonos del valle de Mena, con sus hijos Vítulo y Ervigio. Sabemos que lo hicieron solos, sin un ejército que protegiera a los colonos. [...] Sabemos que muy pronto los colonos se extendieron hacia el este, por Valpuesta, y hacia el oeste por Espinosa de los Monteros y, al fin, la montaña de Palencia, y que aquí nació el primer municipio español: Brañosera. Todo eso pasó de verdad.»
«¿Cómo sería la vida de esa gente? ¿Cuáles serían sus convicciones, sus afanes, sus sufrimientos, sus esperanzas? ¿Cómo pudieron afrontar una aventura en la que los riesgos eran muy superiores a los posibles beneficios?»
«Para contar esta historia hemos escogido a un personaje real: un tal Zonio cuyo nombre aparece entre los firmantes del fuero de Brañosera, en el año 824. Nada más se sabe de él sino esa rúbrica en aquel documento. [...] Esta pudo ser su historia.»

Gracias al prólogo sabemos que no estamos ante una novela histórica (prometo que próximamente dedicaré una entrada del blog a hablar sobre este asunto). José Javier Esparza utiliza una serie de nombres de personas de las que no se sabe prácticamente nada y se inventa la que pudo ser su vida, todo ello para explicarnos, de forma novelada, una parte de nuestra historia que nos es prácticamente desconocida.

Cuando pensamos en el periodo de la reconquista nos viene a la mente la derrota de Don Rodrigo en la batalla de Guadalete (S VIII) y la rápida conquista de la península, Don Pelayo y la batalla de Covadonga (S VIII) la figura del Cid Campeador (S XI) y la conquista de Valencia, la batalla de Las Navas de Tolosa (S XII), las figuras de Alfonso X "El Sabio" (S XII),  Jaime I "El Conquistador" (S XII) y sus descendientes, hasta llegar a Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, los Reyes Católicos (S XV).

Pero si nos fijamos hay una época que permanece escondida en la bruma del tiempo; qué pasó en los siglos IX y X; cuando no existían los reinos de Castilla y Aragón; cuando el reino de León aun no había nacido; cuando en la Península Ibérica únicamente existían tres centros de poder, el imperio carolingio, el emirato de Córdoba y el débil reino de Asturias. Esa es la época en la que se ambienta este libro.

Partiendo del Zonio que firmó el fuero de Brañosera en el 824 y del matrimonio formado por Lebato y Muniadona, que se establecieron en el valle de Mena a proncipios del S IX,  Esparza crea el personaje de Zonio de Mena, hijo de Lebato y Muniadona, y nos cuenta la que pudo ser su vida, entroncándola en todo momento con los hechos históricos que se conocen de aquella época.

Leyendo sus páginas nos sumergiremos en la corte de Alfonso II "el Casto", seremos testigos de las intrigas palaciegas y de las disputas internas entre los partidarios de pagar tributo a Abderramán y los que abogaban por acercarse al imperio carolingio de Carlomagno y de su sucesor Luis "el Piadoso".

Conoceremos a figuras relevantes como Beato de Liébana y nos adentraremos en las disputas religiosas que sostuvo con Elipando, arzobispo de Toledo y principal defensor de la herejía del adopcionismo.

El libro en sí no es ninguna obra maestra pero se deja leer, siendo su mayor virtud la de ilustrarnos sobre una época dura y convulsa como pocas, en la que los reinos de España se enfrentaron a los Omeya de Córdoba, siendo sus principales armas la tozudez y la decisión a recuperar unas tierras que consideraban suyas.

Valoración: Entretenido. Tres estrellas.
Autor: John Verdon 
Género: Policíaco
Serie: Tercer libro de la serie Dave Gurney
Publicado en: 2012
Título original: Let the Devil Sleep
Sinopsis: Nada es nunca lo que parece. Y menos si David Gurney está involucrado.
Han pasado seis meses. David Gurney apenas ha conseguido reincorporarse a una cierta normalidad después de haberse encontrado al borde de la muerte tras resolver el caso más peligroso al que se había enfrentado. Madeleine, su esposa, está preocupada; Gurney ha sido diagnosticado con síndrome de estrés post traumático y nada parece alegrarle.
Días después el ex detective recibe una llamada. Connie Clark, la periodista que creó la leyenda de Superpoli y lo catapultó a la fama quiere pedirle ayuda. Su hija Kim está realizando un documental sobre las familias de las víctimas de un asesino en serie al que nunca atraparon, el Buen Pastor, y Connie quisiera que Gurney supervisara sus investigaciones y la guiara. En parte por aburrimiento y en parte por hacerle un favor a Connie, Gurney acepta.
Sin embargo, esto no será más que el principio. Incapaz de ponerle coto a su curiosidad y a su necesidad de resolver cada una de las incógnitas que se le presentan, David Gurney se verá arrastrado a una investigación para descubrir la verdadera identidad del asesino. Un asesino que es tan imprevisible como peligroso, un diablo al que convendría dejar en paz.

Opinión:

Decepcionante. Sin más.

Esta no alcanza el nivel de las dos entregas anteriores ni de lejos.

La trama no llega a desarrollarse del todo, a “redondearse” (concepto que me cuesta explicar, lo reconozco). Te pasas medio libro como mirando de puntillas encerrado dentro de un sótano, desde un ventanuco con un cristal sucio; apenas intuyendo una parte de la trama tras otra. Está demasiado abajo, demasiado lejos, demasiado borrosa: no llegas realmente a disfrutar el menú. Van saliendo, plato tras plato, con muy buena pinta, pero llegando al paladar la cosa pierde mucho. No es profundo, le faltan matices.

Le sobra bastante de “un poco más de lo mismo”. La relación con su mujer parece estancada y apenas aporta al conjunto. Incluso creo que llega a caer en contradicciones, en posturas que poco o nada tienen que ver con la esposa de la novela inicial. Las coincidencias son demasiadas, a muchos niveles. La chica y la madre de la chica parecen estar allí como una mera excusa para iniciar la historia. La relación de Gurney con el hijo, pasable, de lo poco que consigue despertar alguna emoción; la relación del hijo con la chica, tópica, típica y banal. Ciertos personajes secundarios, meras sombras. El colega de Gurney, excesivo esta vez. Demasiadas llamadas, demasiados “tengo una hipótesis, a ver qué me dices de esto, y de esto, y de esto otro” para apenas avanzar. Se pasa medio libro descartando no se sabe muy bien el qué. Con el resto de policías, agentes, psicóloga forense, etc., la interacción me resultó decepcionante. El móvil del asesino… sin comentarios. Aquí el aspecto psicológico ha salido perdiendo mucho. No resiste la comparación con los anteriores.

Por cierto, el final de fuegos artificiales es, para mí, desastroso. Para postre yo, que jamás consigo adivinar quién es el malo malísimo (lo cual considero una virtud, pues novelas e intrigas que a otros decepcionan a mí me interesan y enganchan hasta el final o casi) esta vez lo hice antes de la mitad de la obra.

He leído varias críticas de esta obra de Verdon, y lo cierto es que no coincido con ninguna. Hablan de “un thriller policíaco capaz de hacer que una gota de sudor resbale por la frente del lector”, de “un libro perfecto para las tardes de verano”, de que es “interesante”, de que “vuelve a engancharnos” y cosas así. A mí no me lo ha parecido. Ah, y lo de la dura crítica a la televisión basura, a los realitis, etc., es como para comer aparte. Es una crítica, si lo es, más bien simplona, fácil y poco original en los fondos y los modos.

En fin, ¿lo recomendaría? No. ¿Me gusta el estilo de este escritor? Sí, mucho. ¿Qué me parecieron las anteriores entregas? Muy interesantes, entretenidas, tramas acertadas y finales más que aceptables. ¿El tema, la historia, daba para más? Indudablemente.

Valoración: Dos estrellas

Más libros de la serie:
Autor: John Verdon 
Género: Policíaco
Serie: Segundo libro de la serie Dave Gurney
Publicado en: 2011
Título original: Shut Your Eyes Tight
Sinopsis: David Gurney se sentía casi invencible? hasta que se topó con el asesino más inteligente con el que jamás había tenido que enfrentarse. Ha pasado un año desde que el ex detective de la policía de Nueva York consiguió atrapar al asesino de los números y, aunque es su intención retirarse definitivamente junto a su esposa Madeleine, un nuevo caso se le presenta de forma imprevista. Una novia es asesinada de manera brutal durante el banquete de bodas, con cientos de invitados en el jardín y ese es un reto al que es imposible resistirse. Todas las pistas apuntan a un misterioso y perturbado jardinero pero nada encaja: ni el móvil, ni la situación del arma homicida y sobre todo, el cruel modus operandi. Dejando de lado lo obvio, Gurney empieza a unir los puntos que le descubrirán una compleja red de negocios siniestros y tramas ocultas llevadas por un sádico...

Opinión:

Me gustó. Ya lo hizo el primero.

He leído en la red críticas feroces hacia la obra y también hacia el autor. En fin, soy de los que se sale del cine (se salía, cuando en mi otra vida solía disfrutar de la placentera actividad de la gran pantalla) si la película realmente no me gusta o me aburre; así que no logro entender a aquellos que, leyendo un libro, siguen con él hasta el final si el camino para llegar a él es una especie de tortura. Allá ellos. A mí, insisto, me gustó el libro. No creo que sea la novela del siglo ni que lo pretenda; tampoco se escribe todos los días El ingenioso hidalgo…

¿Sabes, cuando empiezas con una historia y la cosa pasa de “no está mal” a “narices, son las tantas de la madrugada, me pican los ojos pero… ¡venga, sólo una página más!”. Pues eso.

El personaje principal resulta interesante y creíble, sus luces y sombras logran darle cierta profundidad. También la relación con su esposa, cuyas principales trazas se nos dan en la primera entrega.

Pasean por la novela una serie de personajes secundarios que no por arquetípicos y fácilmente “encasillables” –que lo son- molestan a la historia ni le sobran. Tampoco la trama está exenta de sorpresas, rompecabezas, situaciones insólitas e interesantes y, pese a lo que otras opiniones digan, a mí me resultó sorprendente la resolución. Acertada y realista. Por cierto que, respecto a esto último, quisiera hacer un apunte: no soporto lo que yo llamo “finales tramposos”. Sucede en muchas historias (ya sea en forma de película, novela, etc.) que se pasa uno el 90% de las mismas disfrutando de un malo-malísimo que es inteligente, previsor, ingenioso, perfeccionista, etc. De una trama como mínimo correcta; de la intriga, del detective bueno-buenísimo (o no tanto) que basa su actuación en su capacidad mental, la imaginación, la deducción, como digno rival de un juego de ajedrez muchas veces macabro y peligroso. Y, sin embargo, ¡maldición! al final la cosa se resuelve con una persecución, un tiroteo, pelea o algo similar lleno de artificios que desvirtúa por completo la historia que estábamos disfrutando. Bien, no es el caso de “No abras los ojos”. Creo que es un aspecto muy interesante, tanto de esta segunda entrega como de su predecesora.

No me considero un experto en este tipo de literatura –no me considero un experto en NINGÚN tipo de literatura-. Sí me considero un lector que no perdona que un libro le aburra o le deje indiferente. Tal vez si eres un devorador de Christie, Conan-Doyle y otros tantos te resultará un final previsible, adivinarás quién es el malo en la página número 2 o soltarás algún que otro bostezo por el camino. A mí, desde luego, no me ocurrió.

Valoración: Tres estrellas

Más libros de la serie:
Autor: Carlos Sisí
Género: Terror (Zombis)
Serie: Tercer libro de la serie «Los caminantes»
Publicado en: 2011
Sinopsis: Tras sobrevivir a la devastadora pandemia que ha asolado el mundo y con la esperanza de ahondar en el misterio del Necrosum, el pequeño grupo de supervivientes de Carranque llega finalmente a la Alhambra de Granada, donde el aparato militar ha instalado uno de los últimos bastiones de resistencia de la Humanidad. Sin embargo, una vez allí descubrirán que las cosas no son cómo les habían prometido y los protagonistas deberán afrontar una realidad aún peor que todo lo que habían conocido hasta entonces. El autor se sirve de los muertos vivientes para describir situaciones de extrema dureza y dramatismo, explorando la complejidad del ser humano cuando se encuentra cara a cara con el terror en un mundo manifiestamente hostil, y lanzando al lector, en definitiva, a una montaña rusa de sensaciones que desemboca en la conclusión final.

Opinión:
Hades nébula es la tercera y última entrega de la serie «Los caminantes» máximo exponente, junto a la serie «Apocalipsis Z» de Manel Loureiro, del fenómeno zombi en España.

En este libro nos volveremos a encontrar con nuestros viejos conocidos, los supervivientes del malagueño polideportivo de Carranque, a los que se les han ido uniendo nuevos personajes, como Sombra, Jukkar y la pequeña Alba.

Tras el calvario vivido en Málaga, consiguen llegar a la base militar de la Alhambra; pero cuando piensan que ya están a salvo se dan cuenta de que en realidad han huido del fuego para caer en las brasas, ya que el antiguo palacio nazarí se ha convertido algo muy parecido a un campo de concentración en el que los militares se encuentran acantonados en la base militar y los civiles son abandonados a su suerte en el resto del complejo, sin comida ni armas con las que defenderse.

De los tres libros de la serie, este es el que más me recuerda a la serie televisiva «The Walking Dead» ya que los zombis son casi un elemento decorativo, centrándose la trama en las relaciones interpersonales y en las reacciones de los seres humanos ante una situación extrema. La esencia de la historia que nos cuenta Carlos Sisí sirve tanto para una pandemia zombi como para cualquier situación en la que un grupo de personas son llevadas a vivir una situación límite, como un desastre de la naturaleza, un naufragio en una isla desierta o un cataclismo apocalíptico.

Aunque la psicología de los personajes se podría pulir un poco más, Carlos Sisí ha hecho un trabajo digno ya que podemos observar cómo van evolucionando los personajes pero sin perder la esencia de cada uno de ellos, de modo que no nos encontramos con ningún cambio de personalidad ilógico y chocante (el cobarde no se convierte en valiente de la noche a la mañana pero sí que aprende a controlar su miedo)

Pese a que la historia tiene algunos detalles que son difíciles de digerir, como los zombis que mueren y resucitan, el final que se nos plantea es bastante lógico y coherente, consiguiendo explicar que les pasa a los personajes y cómo logra la humanidad adaptarse a la nueva situación a la que le han llevado los zombis.

Valoración: Un final digno para la serie. Tres estrellas.

Más libros de la serie:
Género: Policíaco
Publicado en: 2005
Título original: Yôgisha X no kenshin (容疑者Xの献身)
Sinopsis: Yasuko Hanaoka, madre soltera y divorciada, pensaba que por fin se había librado de su ex marido. Pero cuando éste aparece un día ante su puerta, en un complejo de apartamentos en Tokio, la escena se complica y el ex marido acaba muerto en su casa. Madre e hija lo han estrangulado.
De pronto, Ishigami, el enigmático vecino de la puerta de al lado, se ofrece a ayudarles a deshacerse del cadáver y buscar la coartada perfecta. Yasuko, desesperada, acepta de inmediato. Cuando el cuerpo finalmente aparece y es identificado, Yasuko se convierte en sospechosa.
Sin embargo, el detective Kusanagi, aunque no encuentra fisuras en la coartada de Yasuko, sabe que hay algo extraño. Así que decide consultar al doctor Yukawa, un físico de la Universidad de Tokio que suele colaborar con la policía. Éste, conocido como el Profesor Galileo, estudió en el pasado con Ishigami, el enigmático vecino de la sospechosa. Al reencontrarlo de nuevo, el Profesor Galileo intuye que Ishigami tiene algo que ver con el asesinato.

Opinión:
Siempre que me acerco a la literatura oriental en general, y a la japonesa en particular, lo hago con un temor casi reverencial. La verdad es que no sé muy bien por qué es así ya que cada vez que lo he hecho he terminado plenamente satisfecho (igual es que he tenido suerte al elegir, porque seguro que también existen los escritores japoneses malos), aunque siempre termino con la extraña sensación de que me estaoy perdiendo algo, como si no acabase de entender del todo lo que se me estaba contando, debido sobre todo a la diferencia cultural. «La devoción del sospechoso X» no es una excepción.

Este libro nos plantea algunas preguntas universales: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar por amor? ¿qué sacrificios estamos dispuestos a hacer por la persona amada? ¿en qué momento un amor secreto se convierte en un amor enfermizo?.

Yasuko acaba de matar a Togashi, su ex marido, con la ayuda de Misato, su hija adolescente. Justo cuando están pensando qué hacer a continuación aparece en escena Ishigami, un vecino ya maduro que trabaja como profesor de matemáticas en un instituto y con el que apenas han cruzado un par de saludos de cortesía hasta el momento. Contra todo lo esperable, Ishigami se ofrece a hacerse cargo del cadáver y a proporcionarles una coartada que nadie podrá desmontar.

Cuando es encontrado el cadáver de Togashi, el caso recae sobre el detective Kusanagi. No es el mejor policía de Tokio, ni siquiera es un prometedor detective joven que promete mucho, simplemente es un policía normal y corriente a quien su olfato le dice que la historia que va encontrando detrás del muerto esconde algo de lo que no es capaz de enterarse.

Poco a poco va estirando del hilo que sobresale de la madeja que ha preparado Ishigami. Ese hilo suelto le permite descubrir otros hilos, pero irremediablemente cada hilo del que va tirando acaba en un nudo que es incapaz de deshacer.

Esta es la historia que nos cuenta Keigo Higashino en este su primer libro que llega a España, una trama enrevesada que se nos escapa de las manos cada vez que creemos que ya la tenemos sujeta, que juega con nosotros como el gato con el ratón, llevándonos justamente por donde el autor quiere que vayamos en cada momento, haciendo que nos perdamos cada vez más en el laberinto de nuestras suposiciones.

Pero «La devoción del sospechoso X» es algo más que una historia de policías y asesinos, es una obra que, como Shrek, recuerda a una cebolla. Emplea una trama policíaca para contarnos una historia de amor platónico y entregado. Utiliza esta historia de amor platónico para mostrarnos a una persona con una mente privilegiada y una inteligencia sobrehumana pero con una vida triste y llena de sufrimiento. Y eso solo es el principio, porque el personaje de Ishigami es fascinante.

Además, lo hace todo con una sencillez pasmosa, con la misma naturalidad con la que un mago te hace fijar la mirada en su mano derecha mientras es la izquierda la que está haciendo el truco, empleando una prosa directa y sin adornos innecesarios que hace que nos sumerjamos en ella como en unas aguas tranquilas pero que esconden corrientes traicioneras que nos llevan a desear, casi necesitar, saber que ocurre en la página siguiente.

Valoración: Lectura gratificante. Cuatro estrellas
Género: Ciencia ficción
Publicado en: 2006
Título original: Genesis
Sinopsis: En un futuro no muy lejano, una estudiante llamada Anaximandro se presenta al riguroso examen de ingreso en la Academia, el órgano de gobierno de la utópica sociedad en la que se ha criado. A lo largo de extenuantes horas de examen, las preguntas del tribunal, que suscitan importantes cuestiones éticas y filosóficas, la llevarán a descubrir una verdad que hará tambalear los cimientos sobre los que se asienta su mundo.

Opinión:
Descubrí este libro gracias a la reseña que leí en uno de mis blogs favoritos, La Cuesta de Moyano, y como me llamó la atención el argumento decidí que tenía que leerlo.

Nos encontramos en la seguna mitad del siglo XXI y Anaximandro —Anax para los amigos— se enfrenta al examen para pasar a formar parte de la Academia. Se ha estado preparando este momento durante los últimos años y en las próximas horas se va a decidir su fututo. Si aprueba pasará a formar parte del grupo de gobernantes, pero si suspende… No se recuerda a nadie que haya suspendido el examen.

Poco más se puede contar de esta novela sin destriparla, solo decir que es una novela que engaña, y no me refiero únicamente a su sorpresivo final, ya que lo que comienza pareciendo un examen de «historia reciente» esconde una reflexión filosófica sobre la esencia del ser humano y la viabilidad de la inteligencia artificial.

«Génesis» es una novela que se deja leer; aunque a ratos pueda resultar excesivamente densa, su corta duración ayuda a no dejarla aparcada a las primeras de cambio. Es también una novela que invita a la reflexión y a hacernos pensar sobre temas que habitualmente ni nos planteamos que existen.

Si leemos la contraportada del libro podemos encontrarnos con frases como:
«Emocionante fábula especulativa, thriller filosófico y meditación humanista, Génesis es una obra fuera de lo común que escapa de toda etiqueta.»
«Génesis atrapa al lector desde las primeras líneas y lo conduce, con una lógica contundente y un ritmo de progresiva intensidad, hasta un desenlace impactante. Llegado ese punto, el lector sólo deseará una cosa: comenzar a leer la novela de nuevo.»
Tampoco hay que pasarse, «Génesis» es una novela que está bastante bien pero que no es la gran obra literaria que sugiere la editorial (de obra maestra ya ni hablamos); eso sí, si dispones de tres horas libres es una muy buena elección.
Valoración: Original. Tres estrellas.

Género: Fantasía histórica
Publicado en: 2010
Título original: Abraham Lincoln Vampire Hunter
Sinopsis: La reputación de Abraham Lincoln se basa en haber salvado a su país de los estragos de la secesión y en la abolición de la esclavitud. Pero su heroica lucha contra las fuerzas del mal, contra los vampiros, los «no muertos», ha permanecido oculta durante cientos de años. Hasta que Seth Grahame-Smith, célebre coautor de Orgullo y prejuicio y zombis, descubrió el Diario secreto de Abraham Lincoln.
Usando ese asombroso documento como guía, Grahame-Smith ha reconstruido la verdadera historia del prócer estadounidense, revelando los temibles secretos tras la Guerra Civil y arrojando luz sobre el papel de los vampiros en el nacimiento y desarrollo de Estados Unidos, así como el momento en que esas terroríficas criaturas casi acabaron con el país.

Opinión:
Antes de leer este libro solo conocía a su autor de oídas, gracias a sus libros «Cómo sobrevivir a una película de terror» y «Orgullo, prejuicio y zombis», aunque nunca había leído nada suyo y este libro lo leí porque me enteré de que iban a convertirlo en película (sí, lo reconozco, no es la primera vez que me pasa, ya me sucedió con «Los juegos del hambre» y con «Juego de tronos»).

Para mi, Abraham Lincoln era famoso por haber promulgado la proclamación de emancipación de los esclavos negros en 1862, por haber pronunciado uno de los discursos más recordados de la historia el 19 de noviembre de 1863 en Gettysburg (me tocó estudiarlo en el instituto en clase de inglés) y por haber muerto asesinado en 1865 cuando asistía a una representación teatral.

Lo que nunca hubiese pensado es que el bueno de Abe fue cazador de vampiros antes de convertirse en presidente de los Estados Unidos y que la Guerra de Secesión fue realmente un intento de los vampiros por hacerse con el control del país.

Esa es la historia que nos cuenta Seth Grahame-Smith en este libro, consiguiendo una ficción histórica bastante lograda ya que logra hilvanar la vida de real de Abraham Lincoln con su aventura vampiresca de un modo natural y fluido, sin situaciones forzadas ni hechos metidos con calzador.
Probablemente el libro no supere el escrutinio de alguien que conozca en profundidad la vida de uno de los presidentes americanos más conocidos, pero en mi caso he de reconocer que encaja perfectamente con los datos que conozco de su vida (y con los que he podido encontrar tras una rápida búsqueda por internet).

El libro en si no es ninguna maravilla; está escrito con un estilo facilón, que se deja leer pero que no encandila. Grahame-Smith no comete los típicos errores de escritor novato -ya que no lo es- pero sí que emplea algún que otro truco de escritor del montón, como finalizar alguna de las tramas que va abriendo mediante el antiguo método de dejar de hablar de ellas y conseguir que caigan en el olvido. Los personajes son, por así decirlo, monodimensionales, sin ninguna profundidad más allá que el papel que les toca representar.
Pese a todo ello, el libro tiene un par de cosas muy buenas; la primera es que el ritmo no decae en ningún momento y la segunda es que me leí el libro este verano en la cafetería de un hotel de Lugo, y no solo consiguió entretenerme y llenar los ratos muertos sino que en más de una ocasión hizo que alargara el rato que pasaba tomando café con tal de leer un poco más.

Valoración: Entretiene. Tres estrellas.

Autor: Manel Loureiro
Género: Terror (Zombis)
Serie: Tercer libro de la serie «Apocalipsis Z»
Publicado en: 2011
Sinopsis: Tres supervivientes han logrado salir con vida de unas Islas Canarias arrasadas por los No Muertos. ¿Qué más deberán superar para conseguir sobrevivir en un mundo bajo la amenaza de los zombis?.
Cuando los tres supervivientes creían estar a punto de perecer en mitad del océano, son rescatados por uno de los últimos grupos organizados que quedan sobre la Tierra. Obligados a acompañar a sus salvadores, llegan a una zona donde todo el mundo actúa como si el Apocalipsis jamás se hubiese desatado, pero pronto se dan cuenta de que algo siniestro se oculta bajo ese paraíso.
Mientras tanto, a muchos kilómetros de allí, el único país que ha sobrevivido al Apocalipsis empieza a mover ficha para hacerse con el control del planeta.
Atrapados en un torbellino de ambiciones, grupos enfrentados, castas y religiones que luchan por la supremacía, pero siempre rodeados por un océano de No Muertos, nuestros protagonistas tratarán de hacer lo que mejor saben: sobrevivir.

Opinión:
Con «La ira de los justos» concluye la trilogía de Manel Loureiro «Apocalipsis Z». Antes de empezar a hablar del libro recapitulemos un poco (si no has leído los dos primeros libros te recomiendo que no pulses en el enlace que hay aquí debajo).

RESUMEN DE LOS DOS PRIMEROS LIBROS
La historia comienza cuando Manel, abogado de razonable éxito que vive en una urbanización a las afueras de Pontevedra, decide instalarse una placas solares en su casa, harto ya de los continuos cortes de luz que sufre. Esa decisión marcará su destino pues nada más instalarlas se desata el apocalipsis.

Su aporte extra de electricidad le permite pasar las primeras semanas encerrado en su casa, con la única compañía de su gato Lúculo y de un vecino. Al principio todo parece ir bien, pero el vecino comete una imprudencia y acaba engrosando las filas de los zombis. Este hecho acaba por convencer a Manel de que debe buscar una salida a su situación ya que seguro que quedan grupos de supervivientes en los que poder integrarse, así que se enfunda su traje de submarinismo, coge a Lúculo y su fusil de pesca submarina y sale en busca de un lugar mejor.

Ese lugar mejor resulta ser Vigo, donde se encuentra con Viktor Pritchenko, un ucraniano contratado por la Xunta como piloto de una brigada contra incendios. Después de mil peripecias por la ciudad, incluida una explosión que hiere a Viktor en la mano, acaban en un hospital buscando algo con lo que curar la maltrecha mano del ucraniano.

Es en ese lugar donde se encuentran con otras dos supervivientes, Sor Cecilia, una monja cincuentona que había pasado los últimos quince años de su vida de misionera en un hospital de Kenia y que los avatares del destino habían hecho que se encontrase en Vigo cuando se desató la pandemia zombi, y Lucía, una lolita de de diecisiete años que ha perdido a su familia y que acaba refugiándose en el hospital.

Nuestro grupo de supervivientes pasa tres plácidos meses en el hospital e inevitablemente surge el amor. Si queréis saber quienes conforman la parejita feliz tendréis que leer el primer libro, solo os diré que desde es momento habrá un abogado asalta-cunas suelto.

Todo parece ir bien cuando se desata un incendio forestal que avanza descontrolado hacia el hospital. La única solución es huir pero ¿a dónde? después de mucho pensar deciden que lo más seguro es trasladarse a una isla y entre las cercanas islas Baleares y las lejanas islas Canarias se deciden por estas últimas ya que allí es dónde se trasladó tanto el gobierno como la familia real.
Como tienen un piloto de helicópteros entre ellos el modo de llegar hasta allí es simple, hacerse con un helicóptero, cargarlo de combustible y volar.

Contra todo pronóstico consiguen llegar al aeropuerto de Arrecife, en Lanzarote, donde son rescatados por un helicóptero del ejército argentino y trasladados a Tenerife.
Nada más llegar allí las cosas empiezan a ir de mal en peor. Primero son puestos en cuarentena por los soldados. Cuando están a punto de finalizar el periodo de observación, un soldado borracho intenta abusar de Lucía, Sor Cecilia se interpone y acaba en estado de coma con la cabeza machacada a porrazos; morirá unas semanas después sin llegar a despertar del coma. Para colmo de desgracias Basilio, el soldado borracho, consigue que acusen a Viktor de la agresión y aunque Lucía no hace más que repetir que él es inocente y que el agresor está libre, nadie le hace caso.

Poco después Manel y Viktor deben ofrecerse voluntarios para encabezar una expedición al hospital de La Paz, en  Madrid, en busca de medicamentos; esa es la única opción que tienen para que el rubio ucraniano se libre del juicio por agresión.

Poco después de llegar a Madrid, tras haber pasado todo tipo de penalidades en el hospital, descubren cual es la situación real; la «apacible» isla de Tenerife se encuentra inmersa en una guerra civil. En un bando se encuentran los monárquicos partidarios de Felipe Juan Froilán, único superviviente de la familia real, y acantonados en Gran Canaria. En el otro bando están los republicanos, acantonados en Tenerife y partidarios de ellos mismos.

Nuestros amigos consiguen volver a Tenerife y tras reunirse con Lucía, que también ha pasado lo suyo mientras Manel y Viktor se encontraban en la península, y enterarse de la muerte de Sor Cecilia, deciden que lo más seguro es abandonar la isla. Consiguen robar un velero, se hacen a la mar y...


«La ira de los justos» comienza con nuestros tres protagonistas a bordo de un velero y en medio de un huracán. Cuando todo parece perdido y su muerte parece inminente son rescatados por un super-petrolero, el Ithaca.
El barco pertenece a la «República Cristiana de Gulfport, Mississipi», comunidad liderada por el enigmático reverendo Greene, y está cruzando el atlántico para llegar a una refinería de petroleo de Guinea Ecuatorial, llenar los depósitos y volver a Gulfport.

Cuando regresan a los Estados Unidos, nuestros protagonistas descubren que la «República Cristiana de Gulfport, Mississipi» no es más que una pequeña ciudad rodeada por un muro de hormigón de tres metros de alto y gobernada por un grupo de racistas que haría palidecer a la Sudáfrica del apartheid.
Los blancos, preferiblemente anglosajones y protestantes, rigen los designios de la comunidad y han reducido al resto de etnias, los llamados ilotas en clara alusión a sus homólogos espartanos, a un estado de cuasi esclavitud.

Muy lejos de allí, la única nación de la tierra que ha sobrevivido a los zombis prácticamente intacta, Corea del Norte, ha descubierto la existencia de Gulfport y su acceso a una fuente de petroleo. Necesitados de hacerse con esas reservas, los líderes norcoreanos deciden enviar a Mississipi a un grupo de soldados de élite con la misión de averiguar la localización exacta de la fuente de combustible.

Pero como dijo Paco Umbral, «yo he venido a hablar de mi libro», así que voy a hacerle caso y hablaré un poco sobre el libro. En la reseña que hice de «Los días oscuros» ya comenté que el nivel había bajado respecto a la primera novela; en esta tercera entrega el nivel no mejora.

Los personajes siguen siendo planos, sin ninguna profundidad y con unas reacciones fuera de toda lógica, especialmente en el caso de Lucía.

La trama sigue una línea esperable que nos conduce inexorablemente a un enfrentamiento a cuatro bandas, a saber: ilotas, partidarios del reverendo Greene, norcoreanos y zombis. Desde la mitad de la novela se adivina que los cuatro grupos van a enfrentarse  al mismo tiempo y en el mismo lugar, luchando todos contra todos.

La lucha final, al menos, es trepidante, demostrando Manel Loureiro que lo que mejor domina es la acción. La tensión va aumentando por momentos, llegando a un climax que nos hace preguntarnos cómo van a salir los protagonistas del embrollo en el que se encuentran. Es en ese momento, en el que te estás preguntando si el libro realmente habrá valido la pena, cuando Loureiro hace lo peor que podía hacer, se saca un as de la manga para solventar la situación (más que un as se saca una baraja entera).

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El capítulo 55 finaliza con nuestros protagonistas en medio de un fuego cruzado entre norcoreanos, ilotas y partidarios de Greene, mientras una bola de fuego ha destruido el puerto de Gulfport, las llamas consumen media ciudad y los zombis están a punto de entrar en la ciudad a través de las brechas que se han abierto en el muro de hormigón.

CAPÍTULO 56

Pontevedra, España
Seis años más tarde



Valoración: El libro prometía pero al final la c*g*. Dos estrellas para el libro y dos para la trilogía.

Más libros de la serie:
Autor: Stephen King
Género: Policíaco
Publicado en: 2005
Título original: The Colorado Kid
Sinopsis: En una isla de las costas de Maine, un hombre es encontrado muerto. No hay identificación de su cuerpo. Solo el esforzado trabajo de un par de periodistas locales y de un graduado en medicina forense logra descubrir algunas pistas para, después de un año, saber quién es el muerto. Pero es aquí donde comienza el misterio. Porque cuanto más descubren del hombre y de la extrañas circunstancias de su muerte, menos comprenden. ¿Se trata de un crimen imposible? ¿O algo aún más extraño…?

Opinión:
El Weekly Islander es un pequeño periódico de la pequeña isla de Moose-Lookit, situada frente a las costas de Maine. Todo el personal del Weekly Islander se reduce a Vince Teague, un veterano periodista de más de sesenta años, y a Dave Bowie, con edad más que suficiente para ser el padre de Vince. Durante los últimos tres meses han tenido compañía, Stephannie McCann, una becaria de Ohio que está haciendo con ellos las prácticas de la carrera de periodismo.

Por circunstancias de la vida, una tarde acaban los tres hablando sobre misterios y crímenes sin resolver de la localidad. Es entonces cuando los dos veteranos periodistas deciden contarle a Steffie la historia de Colorado Kid.

Veinticinco años atrás, dos adolescentes de la localidad encontraron un cadáver en la playa. No llevaba documentación encima y nadie en toda la isla sabía quién era; en su garganta encontraron un trozo de filete de ternera masticado que le obstruía las vías respiratorias. Tras la autopsia, el forense dictaminó que había muerto por una embolia provocada por el atragantamiento o por un atragantamiento producido por la embolia, el orden en que habían sucedido las dos cosas no estaba claro; lo que si estaba claro es que la muerte se debió a causas naturales.

Entonces ¿dónde reside el misterio?. Los dos periodistas le explican a Steffie que el verdadero misterio no era la causa de la muerte sino quién era el muerto y qué hacía allí.
La respuesta a la primera pregunta llegó año y medio después; eso dejaba un único misterio por resolver ¿cuál era el motivo que había llevado a Colorado Kid a la playa donde encontró la muerte?.

Hay una cosa que no debemos olvidar, es una obra de Stephen King, y aunque no se encuadre dentro del género de terror, sus novelas siempre tienen un toque argumental diferente y este libro no es una excepción.
Lo habitual en un libro de misterio es que te planteen el misterio al principio del libro y se dediquen el resto de las páginas a resolverlo. En este caso no; en «Colorado Kid» Stephen King nos dice que nos va a contar un misterio y lo que hace es contarnos algo perfectamente explicable -un hombre muere atragantado en una playa, comiéndose un bocadillo mientras mira la puesta de sol- y únicamente cuando vamos hurgando en la historia somos capaces de comprender el verdadero misterio.

En poco más de cien páginas, Stephen King realiza un estudio bastante profundo sobre la naturaleza del misterio, concluyendo que el verdadero origen de muchos misterios reside en la necesidad que el ser humano tiene de encontrar una explicación lógica a todo los que le acaece, no pudiendo asumir que en ocasiones hay hechos que no podemos explicar simplemente porque no disponemos de los datos necesarios ni de la posibilidad de descubrirlos. Cuando eso nos sucede nuestra mente determina que estamos ante un misterio.

Valoración: Cuatro estrellas.

Más libros del autor: